Día 4: Madrugada
“No hay ciudad que resista esto”, se lee en la pantalla de un cuarto oscurísimo e inmenso en el que está sentada la figura de un hombre gordo, inclinado hacia la computadora, a punto de tragarse los pixeles. La boca semi-abierta, la mano ávida moviendo el ratón se levanta y vuelve al teclado como quien vuelve al hogar y vibra, teclea, cambia al mouse, click, click.
Detrás del hombre se levanta la sombra y la soledad. La tenue luz del monitor apenas alcanza a chocar con la figura obesa, poco logra iluminar el entorno. Aún así, con poca luz y todo, se dibuja el contorno de un montón de aparatos grandes, con pantallas también, apagados. ¿Fuera de servicio, quizá?
El techo altísimo no mostraba rastros de luces, las paredes no alcanzaban a reflejar nada, el único sonido era las ocasionales teclas y la marcha de click.
Abre una decimoquinta pestaña en el explorador, teclea www., se queda pensando, se estira, sus huesos se acomodan, vuelve a la patética posición y termina de escribir twitter.com. Inicia sesión: SoslemnaMCBO, contraseña… ********************. Revisa los DM, usuario por usuario. Click.
alexcucho:¿Dónde estás? Necesitamos refugio. Hay infectados en la zona norte ya. ¿Cómo llegaron tan rápido?
No da respuesta. Click.
Mulleriot: AYUDAA!!! MI TIO ESTA INFECTADO QUE HACEMOS???
No da respuesta. Click.
Bitterdani: Hace mucho que no publicas ¿Te infectaron?
No da respuesta. Click.
Soykenny: Hay posibles infectados en la zona sur. ¿Pa’ donde agarramos, mijo?
No da respuesta. Espera un poco, observa la siguiente casilla de DM. La foto de Cecilia mirando de perfil parece viva a través de los pixeles. Click.
Cecilinta: Sé quién eres. Ayúdame. Estoy sola.
Observa entonces también su respuesta. La respuesta a la respuesta, revive el diálogo.
SoslemnaMCBO: Ve a la esquina del Bingo Maracaibo con 9b, te espero ahí en media hora.
Cecilinta: no tengo media hora.
SoslemnaMCBO: No tengo cómo buscarte, ve ahí entonces lo más pronto posible.
Cecilinta: ok.
Se levanta de su silla, camina en la oscuridad, se encuentra con una puerta y sin necesitar tantear una segunda vez encuentra su perilla y la abre. Adentro duerme la figura de una mujer morena y bella. Un cuerpo fuerte que, piensa el gordo, la ayudó a escapar; unos ojos grandes incluso detrás de sus párpados cerrados que, piensa el gordo, la ayudó a verlo a él dentro del edificio; unas manos muy pequeñas que, piensa el gordo, la ayudaron a atrapar las lágrimas de saber muertos a cada uno de sus familiares. Era de esperarse, Cecilia, amiga del gordo, vivía muy cerca de Santa Lucía, golpeada el primer día.
La respiración de Cecilia era tranquila y pesada, eso le bastó al gordo para cerrar de nuevo la puerta y regresar a la computadora, en donde se sienta, toma una bocanada de aire, mano al ratón y teclado y concierto que comienza: clicks, teclas, titulares en páginas abiertas.
Zona norte infectada, residentes de San Jacinto preocupados. Maracaibo, cae el sol. Adiós, adiós, centro de Maracaibo. Se recomienda a los residentes de la ciudad de Maracaibo atender a las instrucciones de Polimaracaibo. Polimaracaibo resguarda las zonas aún no infectadas. “Enfrentamientos y riñas no resolverán nada” afirma jefe de Polimaracaibo. Guardia Nacional interviene en delicada situación de la ciudad. Trabajan en una cura en el Hospital Universitario. Infectado Hospital Universitario. Refugio habilitado por el gobernador Pablo Pérez en el Lucila Palacios. No se descarta infección por comida de calle. Masacre en Ateneo Pop. Muere un niño de 4 años en pánico del Sambil Maracaibo. Gobierno Central se rehúsa a pronunciarse hasta tener una solución. Gobierno Regional acusa a Gobierno Central. Chávez asoma la posibilidad de que sea un ataque biológico. EEUU se pronuncia sobre la infección Lemna. "No salen al sol" anuncian autoridades médicas. Evitemos alturas y lugares oscuros.
Nada nuevo.
Decide agarrar su teléfono, conectado a la computadora, y marcar.
Tono.
Tono.
-¿Aló? ¿Qué fue? ¿Qué me teneis?
-Verga chico, nada. No lo encontré.
-¿Ninguno?
-No
-Verga… Buej, qué más coño. ¿Y cómo está todo? ¿Estáis bien?
-Sí, sí. O séa, lo bien que se puede estar. La verga está fea…
-Sí, chico. Y pensar que lo decíamos en joda.
-¿En joda? En joda lo dirías vos, chamo. Yo hablaba en serio.
-Bah. Mirá. Busca la manera de regresar con comida. Pero no de poquita, loco. Comida, en serio. Traete algo. Saqueá una verga, no sé.
-Dale, voy a ver qué puedo hacer. Mirá. ¿Cómo está Cecilia?
-Bueno, chamo. Al menos ya está durmiendo.
-¿Sí? Verga, qué bueno.
-Sí… Lo de ella fue feo, loco. Y uno, que conocía a sus padres y vaina.
-Verga sí, loco. No me imagino.
-Bueno chamo. Venite pues, que es tarde.
-Dale.
Tranca. Se recuesta en su silla, inhala, exhala, vuelve a la computadora, revisa las cuentas de twitter. Pasa de largo lo que no le interese, se concentra en los tuites que aporten información.
@Kathizhitaxx: Los zombis están reaccionando distinto. Tengan cuidado. Están más violentos.
@:Ninua YA NO SON LENTOS
@Miranda486: Mataron a mi perrita cayéndole encima y se la comieron. :(
@ApiOcumo: Se muerden entre ellos, muerden paredes, árboles, muerden lo que sea.
@Alicia_1908: No hay zonas seguras. Hay que escapar.
@Conniewtf: ¡Al puente! ¡Hay que ir al puente!
@Republikzuliana: Zona sur, Zona norte, centro, la limpia, la curva, el km4, y más que todo cada centro médico está infectado.
@anipeto: ¿@chavezcandanga no dice nada? O sea, tiene cáncer, sí, pero nos están matando!
@elfirijullo: El puente está cerrado, los GN lo tienen controlado.
@exodus: El puente está abierto, están dejando pasar a los que no estén infectados.
@Fabititas: No hay carritos, los conductores temen a los infectados.
@Kuferd: Empezaron los saqueos.
@dwilf: Lemna, aunque sean varios, o muchos, llamémoslos la lemna, a todos.
Ante la marea de tuites, el gordo coloca las manos sobre el teclado, y con tristeza escribe:
SOSLemnaMCBO: Esta es una noche muy muy oscura para Maracaibo.
Aquel tuit sería profético y de plumas negras.
La noche parece tocar una tonada triste, un piano de despedida que arropa los hechos, la sangre derramada, la duda de si mañana saldrá el sol. Despedidas, sí, se escuchan a lo largo y ancho de la que fue la tierra del sol amada: Vanesa, en su edificio, no se esperaba que la lemna rompiera la puerta y el portón, devoraran al pobre conserje, subieran por las escaleras a darse festín en cada apartamento y la obligara a despedirse entre la sangre derramada de su madre y su hermano; Yaruska miraba al cielo en donde estuvo alguna vez el sol mientras cabezas podridas mordisqueaban las entrañas del feto en su vientre; Bianca corría por toda la avenida 20 de Maracaibo, y sudaba, y se agotaba, mientras la horda hambrienta no descansaba en su persecución; Miguel se levantaba y dejaba por primera vez sin comer su hamburguesa en la mesa para huir de la masacre en Rápido y Furioso; Maru intentaba llamar mientras la atrapaban en el baño de Bibas, su novio no contestó; Johana besó a sus gatos y los encerró en su closet mientras escuchó que se rompía el seguro del apartamento de su abuela; Keyla estaba de visita, gritaba, estaba de visita, de visita, ella ya no vivía aquí, y ya no viviría; así tu amiga también murió, así también tu conocido, el chamo con el que saliste aquella vez, aquella chama fea, decías, y que te buscaba, ahora está entre los dientes de algún podrido lemnoso que también se comió a tu mejor amigo, a tu hermana, a tu hermanastro, a tu madre, a su padre, y al bebé.
No, no te lo esperabas. No, no es como te lo contaron. No es como se lo esperó Roberto, al ver el tuit, llegar a casa de Andrea y encontrarla abierta, sin tía y sin madre. Se bajan Estiven, Hermócrates, Andrea, Virginia y Maara. El guardia se lleva el carro y afirma que, ya que él lo prendió…
- ¿Dónde están todos?
- Estoy llamando a tu mamá al celular, Andre.
- … Sí, ok. Dale – responde desconcertada.
- ¿Y esta vaina? – Hermócrates está igual de confundido.
- No contesta.
La casa vacía, sin rastro de ataque, parecía dormir en silencio. Prenden todas las luces, iluminan los pasillos, la sala, la escalera. Se sientan un momento, mientras llaman y piensan.
Roberto aún no logra contactar a su familia.
Estiven no tiene cómo llamar a su mamá.
Hermócrates busca en cada cuarto de la planta baja ¿Será que están en los cuartos de arriba?
Andrea se hunde en el sofá, queriendo ahogarse en la tela.
Virginia escucha el tono en su celular.
Tono.
Tono.
- ¿Aló? Papá – llora - ¡Papá! Coño al fin, papá. Sí, papá, estoy bien. En casa, de… Cálmate, sí. No, nada. En casa de Andrea. Sí, todos. Bueno, luego te cuento. ¿Me voy para allá? ¿El puente? Sí, yo creo que no hay problema… Sí… tienes razón. Sí. No y no sé si me pueda mover tampoco. Mañana, yo creo. Yo les comento y te llamo ¿Sí? ¿Cómo están todos? Coño papá, qué bueno. – Llora más – Sí, mañana, papá, yo te aviso ahorita. Sí. Un beso papá. Un beso a todos. Te amo.
Tranca. Llora y sonríe. Roberto sonríe con ella y se sienta a su lado. La abraza.
- Cónchale Roberto – se le entiende entre sollozos – o sea, yo sabía que estaban bien, pero escucharlos – llora.
- Sí. – Roberto suspira – me imagino.
- ¿Lele? – Pregunta Maara, que ve preocupada el llano de Virginia. Esta no le responde. Maara resuelve por sanarla, sobándole la cabeza. Virginia se la monta en la pierna y la abraza.
En eso, Hermócrates sale del lavadero confirmando que no hay nadie en la planta baja, y cuando se dispone a subir los pasos de alguien que baja por las escaleras lo paran en seco.
- ¿Mamá? – Pregunta instintivamente Andrea
El gordo se ha cansado de estar mirando la pantalla, el cuadrito en blanco, saber que no puede tuitear nada que vaya a ayudar a sus lectores. Que no puede salvarlos. Que la vaina está ya muy jodida. Que debería despertar a Cecilia e irse para el puente, a las ya, con ya minutos; pero no. Ella ha pasado un día duro, él tiene mucha hambre, y quiere dormir. ¿Pero cómo dormir? Maracaibo no duerme, agoniza, y teme cerrar los ojos. Teme no abrirlos de nuevo. Él también teme eso, y para cerrar los ojos necesitas no tener ese miedo, o necesitas estar tan apaleado por el cansancio que no te quepa ningún sentir. Cerrar los ojos, así como Cecilia, tranquila al fin, es algo que Maracaibo haría una última vez, y no hoy.
- No – responde Hermócrates acercándose al grupo, - esos pasos… son muy pesados.
OMG ¿tienen a un zombi en la casa? :'(
ResponderEliminarjamas habia estado tan estresada por q saliera el siguiente capitulo desde q veia caballeros del zodiaco de niña!!!
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